Por Ulises Requejo A.(Historia resumida y recreada sobre la base de la historia titulada "La Carta" de Forjando Voluntades. Educando el corazón de por vida. Impreso en Venezuela Edición Julio 2006. Autor Aristóteles Requejo Armas)
Aristóteles, escribe una gran historia sencilla pero con un gran mensaje, cuenta en la página 79 de su libro que los pupilos no son iguales -dice el profesor Humberto-, pues había uno que cuando el profesor le aconsejaba escribir con lapicero color rojo lo hacía con azul, "cuando recomendaba ir aseado al colegio, llegaba todo sucio y cuando le decía que camine por la acera caminaba por media calle; cuando le le enseñana valores nobles, aquel pupilo hacía todo lo contrario."
Tal situación preocupó al maestro, pues decía que hay caminos que no se deben seguir, transcurrido los años, el niño a quien llamaremos “contreras” (el autor no lo refiere así, es un agregado nuestro), era ya adolescente y el maestro decidió cambiar de estrategia y le escribió una carta diciendo:
“Que esta misiva sea el portavoz de mi más entrañable deseo que estés bien …del mismo modo aprovecho para sugerirte que procures dormir todo el día, no almuerces a la hora, bebe abundante licor, fumar mucho, antes de comer no te laves las manos" y así otras sugerencias negativas…
"...al leer la carta, el muchacho sintió un halo de energía posarse sobre su mente, neutralizando sus reflejos negativos. El pupilo, acostumbrado a hacer todo lo contrario, se sintió como ausente de reflejos. " y aquella carta llegó como una bofetada que avivó su espíritu y desde aquel día no hizo sino seguir el camino angosto del bien y de la felicidad.
Foto: Flor Inka "Copa de Oro".
