domingo, 14 de junio de 2009

AÑORANDO MI JUVENTUD


















Foto cortesía: Carlos Enrique Fuentes Rivera

AÑORANDO MI JUVENTUD
Por José Victorio Roque

Si tendría que elegir los ambientes más singulares de Cajatambo, las ruinas de “Chiraumarka”, estarían sin duda, dentro de la selección. Ubicadas en medio de la aparente soledad de la altura a escasos kilómetros del barrio de Antay.

Rodeado por “Gushpucoto”, choza del tío Callupe, por aquel entonces “palian” de la comunidad de Antay Indio, Pariacancha pasto del tío “Shaclak” que hoy no recuerdo a quien pertenece y menos el verdadero nombre, “Anbarroco” fundo del tío Armas hoy finado, la tía Chigüiza propietaria de esos inmensos pastizales con su singular paso trotaba tras los rebaños demostrando gran vitalidad y belleza. ¡!Esos años maravillosos!!

“Chiraumarka” ubicada a lo largo de una estrecha franja altitudinal entre los 3000 y 3500 msnm, los bosques de neblina constituyen en épocas de invierno unos de los ambientes más espectaculares. La vegetación alcanza proporciones casi imposibles de imaginar. Cada roca está cubierta de un grueso manto de musgo y poblado de centenares de zapatitos de duendecillos, otras plantas y flores silvestre, los jitgales alcanzan el tamaño de los árboles y las hojas siempre anchas y brillantes con sus amarillas flores que es el festín y ágape del “yuncapuruy”, se disputan cada milímetro de espacio en busca de la escasa luz del sol.

Todo aquel que visita “Chiraumarka” queda sorprendo por el colorido y diseño de sus flores, por lo general muy diferentes a las que los habitantes de Cajatambo están acostumbrados a observar. Y sucede que en estos lugares, regidos por las inclemencias del ambiente, la flor representa el máximo esfuerzo de las plantas previo a la producción de semillas y la propagación de su especie.

Por ello, deben captar la atención de los escasos polinizadores… y la competencia es ardua. Quienes se benefician del proceso son los observadores, que tiene a su disposición centenares de flores más atractivas, como escogió, nuestro ex compañero Carlos Enrique conocido cariñosamente como Ruso: La flor de habas.

2 comentarios:

  1. Contar las vivencias de niño en los campos y en el pueblo es sumamente emocionante, por ello lo que cuenta José Victorio, si bien, es un asunto personal, trasciende por la generalidad del sentimiento y los recuerdos.

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  2. Los polinizadores colaboran con la biodiversidad, la vida sobre la tierra, la seguridad alimentaria y la economía global. La proliferación de la diversidad de flora depende de los agentes polinizadores como: Abejas, Abejorros, Mariposas y el Picaflor, entre otros cumplen una función fundamental a flor de vida, colaborando en nuestra alimentación y lo económico. La naturaleza brinda a la humanidad una serie de servicios que no contabiliza.

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